PRESENTACIÓN

LAS PENAS CON HUMOR SON MENOS PENAS

Este es el blog suboficial de PENURIAS EXQUISITAS, mi primera novela. Pero, sobre todo, es un espacio dedicado a la literatura de humor en el sentido más amplio de la expresión. Si un relato entretiene a quien lo lee y le ayuda a olvidarse de sus problemas por unos instantes, bienvenido sea. Aunque en el texto no se realice un alarde estilístico o se haga una brillante reflexión filosófica o futbolística. Como diría un albañil: cuanto más divertida sea una obra, mejor. En palabras de Mariano, el protagonista de esta novela, "Si, además de entretener al sujeto lector, se provoca su hilaridad, se cobran dos volátiles de una detonación."


lunes, 24 de marzo de 2014

EL CASO ES QUE ME CASO

                            
      Aunque no sé si viene a cuento, os voy a contar un cuento. Cuento con que no dejará a todo el mundo contento y alguno me dirá: “Ve a otro con ese cuento” o “Estoy perdiendo el rato. Cuento los minutos para que se acabe este relato.”, pero si no lo cuento reviento.
     El caso es que me caso. La vida es una traviesa que te da estas aviesas sorpresas.  Conozco a Ana una noche aciaga. Yo ciego de aguardiente, ella una dama caliente. Terminamos en la cama y doy tan certera estocada que la tía se queda preñada.
      Su padre, que es cazador, me presenta su escopeta cuando se entera de que puede tener una nieta. Aparece en mi casa y me dice una cosa: “Hazme caso porque yo no fracaso. O te casas o te coso a balazos”. ¿Te haces cargo? Casi me cago del susto. Así que, aunque a disgusto, me decido por el sí quiero y dejar de ser soltero.
     Tras dos meses de tormento, llega el día del casamiento. Mi novia pregunta en una clínica de cara a tener una nueva cara para salir guapa en las fotos de la boda, pero le dicen que una cara es muy cara. ¡Hace falta tener cara! Así que se sujeta su jeta con esparadrapo para que la papada no salga escapada en un buen rato.
     En la puerta de la iglesia hay un tullido pedigüeño. Como no le doy dinero, me echa una maldición con muy mala dicción. Cojo al cojo que echa el mal de ojo y lo desalojo con una patada en el ojete.
     La madrina roba dinero del cepillo, pero el cura pilla a la pilla en la capilla. Le hace pasar al confesionario y la perdona después de rezar un rosario.
     Aparece el padrino y me dice: no traje traje. De hecho, casi lo echo por el hecho de que se presenta vestido solo con un helecho. Vaya desplante. Mi suegra le quita la planta, le planta la planta del pie en la cara y le grita: “Mariano, no pareces mi hermano. Vístete como un ser humano”. Tercia el sacerdote, vestimos al nudista con un traje de nazareno y el padrino queda sereno. Se saca los anillos del anillo y los lava con agua bendita mientras su hermana le grita: “Eres un marrano, Mariano”.
     Llega la limusina y la novia arriba arriba del altar. Mi suegro, se me acerca, me enseña la escopeta escondida bajo la chaqueta y me dice: “Para mientes. Si al cura le mientes, tu mente quedará lamentablemente esparcida por el altar como simiente en un erial”. Tras ese entrañable discurso, los acontecimientos siguen su curso. El sacerdote bendice nuestra unión y la peña nos tira la tira de arroz.
       Llegamos al restaurante. Los convidados con vida se ponen cómodos para la comida. Mi suegra me pregunta: “¿Vino el vino? Ve a la bodega y ve si ya llega como se convino”.
       Una dama de honor, que es una comensal muy anodina, agita el salero sobre la mesa vecina mientras grita: “Sal, sal “. Los niños de la mesa de al lado, qué salados, juegan al escondite por todo el salón como angelitos alados. 
       Observo que mi abuelo devora los manjares con los modales de los osos polares, y oso reconvenirle. “¿Que cómo como?”, me responde ofendido,”Como como, como”.
      Mi cuñado, el albino, es muy aficionado al vino y, después de ponerse fino de fino, decide hacer esquí alpino desde una palmera del jardín. Se cae desde la palma y casi la palma. Pero se recupera con dos copas de rivera y sigue la borrachera.
       Mi suegro me dice que se acaba el cava. Al cabo, ato cabos. El sacerdote se ha bebido cien copas y pico. Me pico y me aplico a abroncarlo: “Cierra el pico, borrachete. Copas las copas y he caído en la cuenta de que la cuenta sube un pico”. El cura es presa de la locura. Saca de debajo la mesa una saca de billetes de todo tipo y me dice con desprecio: “Cobra, cobra.  Aquí hay dinero de sobras”.
      La madrina se empecina en que los presentes de los presentes pasen a estar ausentes del bolsillo de los contrayentes. La descubro metiendo mano a mi chaqueta y ella me espeta: “Sobran sobres, no te sobres”.
      Todos buscan a la novia para cortar el pastel nupcial. Los niños descubren que está jugando al escondite con dos camareros debajo de la mesa de los solteros. Se levanta el mantel y se descubre el pastel: mi mujer empalada por Juan y Manuel en un empalagoso emparedado. Sándwich de papada, ¡qué postre para la velada! Mi madre me grita “¡Venga, venga la afrenta de tu cornamenta!”. Pero yo me quedo parado, feliz por la cornamenta y la paternidad incierta. Mi honor ha sido mancillado y pronto seré un parado separado.
      Mi suegro saca la escopeta de su chaqueta y encañona a los encoñados mientras llama fulana a Ana. Los empaladores salen corriendo pal corredor y el cazador se retira sin tirar un tiro a disfrutar de un merecido retiro. Le ha salido por la culata el tiro. La orquesta toca la tocata y fuga de Bach y yo canto apoyado en el canto de la mesa. Porque ¿cuánto dura la felicidad? Lo que dura dura y el tiempo todo lo cura.

viernes, 21 de febrero de 2014

LA COMUNICACIÓN TIENE MUCHA GUASA

 
      Llegué a la puerta del Satélite sobre la una, después de cenar unas pizzas con mis compañeros y tomarme dos birras en nuestro piso para calentar motores. Era sábado y mis colegas tenían que quedarse a estudiar para un examen, así que decidí salir solo. Otro compañero de la Facultad me había dicho que en el Satélite había cantidad de pivones y era fácil pillar cacho. Me había afeitado, puesto fijador y vestido con mi única americana para que los de seguridad me dejasen entrar en el local. Me miré al espejo y me di cuenta de que le daba una aire a Mario Casas. Molaba tanto mi look que me hice una foto antes de salir de casa y la puse en mi perfil del WhatsApp.
     Mientras hacía cola para entrar en la disco, aproveché para intercambiar varios mensajes por WhatsApp con mis amigos bromeando sobre los gorilas de la puerta y un hipotético tacto rectal a mi persona. Pasé el control sin problemas. El Satélite estaba animado, pero no lleno. Me acerqué hasta la barra y pedí una cerveza. Hice una foto de la pista de baile en la que salían varias chicas buenísimas y se la envié a los colegas por WhatsApp para darles envidia. Al poco, se me acercó un pivón de los que bailaban en la pista. Pidió una Coca-Cola al camarero y me habló:
-Hola, soy Mónica.
-Hola -contesté sorprendido. No estoy acostumbrado a que me entren las pavas guapas.
-¿Cómo te llamas?
-Eduardo –respondí mientras pensaba en enviarle un WhatsApp informándole de que yo era de Cuenca, estudiaba tercero de Derecho, era miembro del equipo de rugby de la Uni, me gustaba el cine de ciencia ficción y era la primera vez que estaba en el Satélite.
-Mola la música, ¿verdad?
-Mola –contesté antes de hacerle un scanner completo. La pava estaba buenísima y llevaba un vestido muy ajustado que le marcaba unos melones perfectos-. ¿Y tu móvil? -pregunté dispuesto a conquistarla.
      -No lo cojo nunca cuando salgo de fiesta.
     -Vale –dije decepcionado. Si hubiera tenido móvil le habría dicho por el WhatsApp que era la chica muy sexy de la discoteca y que se parecía a Jessica Alba.
    -Está canción me encanta, Eduardo -dijo cuando empezó a sonar un tema nuevo-. ¿Bailamos?
     -Vale.
     Me cogió de la mano y tiró de mí. La seguí en silencio hasta la pista. Comenzó a bailar como una gogó mientras yo apenas era capaz de menearme. “¡Qué pena no poderle mandar un WhatsApp para decirle lo dulces que eran sus ojos almendrados, lo bonita que era su sonrisa y lo sensual que resultaba su danza!”, pensé.
     -¿Te gusta Ryanna, Eduardo? -me preguntó acercando los labios a mi oreja a mitad de canción.
     -Sí -contesté acelerando mis movimientos para demostrarle la veracidad de mi afirmación.  
     Cuando cambiaron la música, Mónica volvió a cogerme de la mano para conducirme de regreso a la barra. Se secó las gotitas de sudor de su frente con una servilleta y bebió un largo sorbo de su refresco. Yo apuré mi birra sin poder apartar los ojos de su cara.
     -¿Estás bien?-me dijo.
     -Sí –respondí, mientras pensaba que por WhatsApp le habría dicho que el sudor que perlaba su frente hacía su rostro aún más hermoso o que me moría por probar sus labios de fresa.
    -Voy un momento al baño, cariño -afirmó antes de darme un beso en la mejilla.
    -Vale.
    -Y, cuando salga, nos vamos a tomar algo a un sitio más tranquilo –añadió sonriente.
     Me quedé mirando su cuerpo perfecto alejarse mientras maldecía mi mala suerte. No podía ligar con aquel pivón. ¿Cómo iba a decirle lo que sentía por ella si no llevaba móvil? ¿Por qué me tocaban siempre las más raritas? ¿Cómo se iba a enrollar nadie con una tía que se dejaba su smartphone en casa? Imposible hablar con ella. ¿Cuál sería la siguiente sorpresa? ¿No disponer de Wi-Fi en su piso? ¿No tener cuenta en Facebook?... Una locura. La sociedad estaba enferma. La gente ya no se relacionaba. No hablábamos y, al no comunicarnos, los individuos nos estábamos deshumanizando.
     Abandoné el local a toda prisa, no quería que la tía rara me pillara. De camino hacia nuestro piso de estudiantes, le escribí un WhatsApp a mi compañero de la Facultad: “Las tías del Satélite son todas unas frikis”.

lunes, 27 de enero de 2014

MI ABUELITO

                                                       
    Ayer no limpiamos la cocina. Ya teníamos la vapor-esta preparada. Pero vino mi tía Cristina. Es la hermana de mamá por parte de padres. No veía a mi tía desde la última vez. Ellas se metieron dentro del salón. Para tomar té y hablar de cosas de mayores. Mi tita estaba muy enfadada de los nervios. Mi mamá me mandó  a mi cuarto a jugar con los juguetes. Pero yo las es pillé desde la puerta.
    Mí  tía perdió la postura y se puso a gritar como una foca. Decía que el abuelo es un obeso sensual. Yo no comprendía porqué lo decía. Mi yayo está cada vez más delgado de su cuerpo. Que es un  macaco .Eso sí. Algunas veces huele a pis. Que al morir mi abuelita él se volvió un divertido. Como si eso fuera malo. A mí, siempre me hace reír de mucha risa con sus bromas. Que se volvió un desviado. Sí que tiene joroba. Pero casi no se le nota cuando duerme. 
    Después mi tita dijo que una pez-cora nos iba a dejar sin nada del abuelo. Que se la con trajo en un viaje a Brasil. A lo mejor, no se había puesto la inyección vacuna. Mamá dijo que era un enfermo sensual. Y por eso tomaba muhcas pastillas azules. Entonces me di cuenta de que mi yayo está malito de su cuerpo. Con lo bueno que es conmigo. Siempre me trae regalos y cosas de sus viajes.
   Según mi tía, la pez-cora  lo tiene bien agarrado de los gitanales. Los gitanales de los niños se componen de  pene y tentáculos. Lo aprendí en el cole. Que se lo iba a chupar todo. Debe ser como la vez que cogió malas-patas nuestro Sultán. Los bichitos se le agarraban y le chupaban la sangre. El pez le estará chupando la sangre líquida a mi yayo por los gitanales.
   Luego, mamá le dijo que había que buscarle las cosquillas al bicho para que suelte al abuelo. Yo creía que los peces no tenían cosquillas. Como no tienen pieses. Y mi tita, que era imposible sorprender al pez-cora y quitárselo de encima. Debe ser un pez muy serio. Que íbamos a perder al abuelo. Es lo mismo que dijo el vete-urinario cuando Sultán se puso malito. Se murió totalmente y se fue al cielo de los perros. Creo que el abuelito esta muy enfermo de salud.
    El domingo es el cumple del yayo. Haremos una fiesta festiva y vendrá toda la familia. Mi tía Cristina quiere que mamá hable con él . Para que se tome en su cuerpo una medicina que no le gusta. Cuando tuve la nuez-monía me daban un jarabe que sabía muy mal de sabor. Yo quiero mucho a mi abuelito y le voy a ayudar. Después de comer la comida, se quedará dormido en el sofá. Cogeré la tetera del té. Y le echaré el agua con vapor en los gitanales. Cogeré al pez-cora sorprendido y soltará al yayo por sorpresa. El bicho se irá al cielo de los peces y el abuelito se curará de la salud. Mamá siempre dice que el vapor, además de limpiar, acaba con los bichitos.


viernes, 10 de enero de 2014

EL GOBIERNO MULTARÁ CON 1000 EUROS A QUIEN SE TIRE UN PEDO EN SU CASA

       



EL MUDO
Redacción, 10 de enero del 2014

     Tras la reciente subida del recibo de la luz e iluminado por Unesa, la patronal de las compañías eléctricas, el Gobierno acaba de tomar una serie de medidas para regular la producción energética orientada al autoconsumo en el primer Consejo de Ministros del año. 
     A partir del próximo lunes queda terminantemente prohibida la generación de gases orgánicos digestivos (pedos) destinados ser utilizados como combustible casero para calentar el hogar o cocinar. De manera que todo ciudadano que sea sorprendido en el salón de su vivienda tirándose un cuesco mientras sujeta un mechero encendido para que el metano expulsado por su recto se queme y caldee el ambiente, será sancionado con 1000 euros de multa (que se reducirá a 500 euros si la acción se realiza en la intimidad del lecho conyugal o en los fogones de la cocina, tras canalizar el gas hacia el quemador). Para estimular al cumplimiento de la norma, se ha establecido un nuevo y elevado canon (Gravamen de Gases Gorrinos) que se aplicará a la venta de alubias, garbanzos, lentejas, puerro y coliflor para gran disgusto de los aficionados a la fabada y el cocido madrileño.
     En la misma línea, se sancionará con 100 euros de multa a todo aquel adulto que consuma alimentos que superen un valor calórico diario de 2500 Kilocalorías, ya que se ha demostrado que estos individuos no precisan consumo energético externo para mantener su temperatura y acostumbran, una vez digeridas las viandas, a ser fuente de calor para quienes se sitúan a menos de medio metro de sus carnes. También se ha creado el correspondiente impuesto (Tasa de Turrones y Tocinería) que gravará fuertemente a los dulces y los derivados del cerdo.
    Quedan totalmente prohibidas en el territorio español la venta y consumo de todo tipo de bebidas energéticas, después de comprobar que los jóvenes que consumen habitualmente Red Bull permanecen inmunes a los rigores invernales y son capaces de aguantar doce horas de botellón en un descampado vestidos con tan solo una camiseta en pleno mes de diciembre. Estas sustancias tóxicas pasan a considerarse drogas duras y su elaboración, tenencia o distribución será penada con hasta doce años de prisión. En este sentido, las bebidas alcohólicas serán gravadas con un IVA (Impuesto de Vaso de Alcohol) superelevado y el borracho que sea sorprendido in fraganti será penado con prisión permanente revisable.
     No se permitirá ningún tipo de incineración de biomasa privada (hoguera) con fines térmicos sin la previa autorización de la Delegación del Gobierno, so pena de detención del incinerador, sanción administrativa y extinción de la pira ilegal por el camión antidisturbios con cañón de agua adquirido por el Ministerio del Interior recientemente. No se salvan de esta prohibición ni los obreros de la construcción ni los ciudadanos de etnia gitana tan propensos a esta práctica de generación térmica ilegal. Y aquellos yayoflautas y alborotadores que, camuflados tras bufandas, gorros, guantes y abrigos, se instalen en las zonas soleadas de parques y avenidas para caldear sus carnes sin la oportuna autorización previa, serán identificados, detenidos y sancionados según lña nueva Ley de Seguridad Ciudadana.
     Por último, las peleas a mano limpia que tanto se utilizan en estas fechas entre los varoniles machos de nuestro país para calentarse de forma artesanal pasan a ser consideradas delito (Calentamiento Ilegítimo de Prójimo a Hostias) y serán penadas con seis meses de prisión a menos que alguno de los dos contendientes utilice arma blanca, en cuyo caso se considerará tan solo una falta administrativa y se resolverá con una amonestación policial al o los supervivientes de la pelea.

     “Con todas estas disposiciones, el Gobierno pretende terminar con la insolidaridad de muchos ciudadanos, que generan su propia energía sin pagar los correspondientes tributos, cosa que sí hacen las compañías eléctricas, lo que mengua los ingresos del Estado y obliga a los políticos a la dolorosa obligación de recortar servicios básicos a la ciudadanía”, ha manifestado la Vicepresidenta del Gobierno en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “Además, se contribuye a la lucha contra el efecto invernadero porque los ciudadanos de nuestro país permanecerán tan congelados como el Salario Mínimo”, ha añadido oportunamente el ministro Soria.